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Aunque me di de alta como contribuidor en webs como Fotolia hace años, lo cierto es que mi participación activa en el mundo del microstock comenzó en el año 2016.

Cuando digo participación activa en realidad me refiero a subir algo cada mes. Mi ocupación en Adobe no me permite dedicarle mucho tiempo a la creación de imágenes así que no puedo decir ni mucho menos que sea un stocker profesional pero si me gustaría compartir con vosotros mi experiencia en estos meses en los que voy colgando imágenes y vídeos con cierta regularidad.

Me decidí a dedicarme a la imagen de microstock después de acudir a una interesantísima charla de Víctor Torres en Madrid dentro de un evento de Foto España patrocinado por Adobe. Es casi imposible no contagiarse de la pasión de Víctor cuando habla del mundo del microstock y su dedicación a él.

Lo cierto es que en ninguna de las agencias de Microstock en las que participio tengo colecciones muy extensas. En Adobe Stock y Shutterstock que es donde más material cuelgo, tengo poco más de 400 imágenes en el momento de escribir estas líneas (en el resto aún tengo menos). Así que no esperéis consejos de un experto sino más bien las impresiones de un aficionado.

Aunque he colgado de todo, fotografías, ilustraciones, vídeos y vectores lo que más tengo a la venta son vectores que compondrán un 80% de mi portafolio de stock y que es también, por razones obvias, lo que más vendo. De hecho vídeos aún no he vendido ninguno (aunque también es de lo que menos tengo). Por eso los comentarios que siguen a continuación están centrado en este tipo de ficheros de microstock.

No voy a hablar ahora de los requerimientos técnicos y las características que deben tener los vectores de microstock porqué ya tenéis blogs como los de Jesús Sanz o  Beatriz Gascón que lo explican muy bien. Simplemente quiero compartir mi experiencia y me gustaría subrayar el hecho de que no es más que eso, mi experiencia en el mundo del microstock; ni pretendo sentar cátedra, ni pretendo que lo que aquí afirmo se pueda considerar como una consejo universal si quieres dedicarte a ganar dinero creando este tipo de dibujos. Si algo he aprendido durante este tiempo dedicándome al microstock es que no hay reglas universales y lo que a un autor le funciona a otro puede no hacerlo. El microstock no es una ciencia exacta y las agencias que aceptan o rechazan tus dibujos no parecen seguir unos criterios previsibles -fuera de las exigencias técnicas de los vectores- al menos esa ha sido mi experiencia. Así que, por favor, considerad este artículo como lo que es, la narración de una experiencia personal que en ningún momento intenta ser una guía a seguir.

Si me pongo tan pesado en este punto es que al principio intenté seguir los consejos de varios blogs y foros de microstock en lo referente a los temas y los estilos de las imágenes y lo cierto es que no me funcionó casi ninguno de ellos (y los que lo hicieron intuyo que fue más por casualidad que por una razón fundada). Simplemente me da la impresión que la mayoría de «stockers» tiende a universalizar su caso particular. Por ejemplo, venden  tres imágenes de iconos de flechas en en la misma semana y piensan «jo**r, que bien se venden las imágenes de flechas» cuando a lo mejor simplemente lo que ha ocurrido es que esa semana ha dado la casualidad que alguien necesitaba imágenes de flechas y ha comprado las tres después de probar con varias (el precio de las imágenes de vectores no es muy elevado) o mejor aún han sido puro y duro azar (más abajo cuento un caso relacionado con esto)

El caso de los pájaros y el jabón

Un sesgo cognitivo muy habitual cuando te dedicas a crear vectores para stock es pensar que esa ilustración elaborada en la que has invertido mucho tiempo e ilusión -para conseguir un resultado de calidad- se va a vender como churros mientras que hay imágenes que cuelgas simplemente por probar y sin mucha confianza que luego te sorprenden.

Eso fue lo que me pasó con la siguiente ilustración.

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A esta ilustración le dediqué tiempo para que luciera lustrosa. Me parecía una imagen simpática que podía utilizarse para multitud de aplicaciones relacionadas con la música o la radio. Pensaba que la apariencia de volumen de los personajes y del aparato estaba bien conseguida y que el estilo divertido triunfaría. Pues bien, a nadie parece importarle lo más mínimo esta imagen. Sólo la he vendido una vez.

Con la siguiente ilustración sin embargo pasó lo contrario.

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Esta pastilla de jabón la realicé en apenas unos minutos. La hice principalmente para comprobar si eran ciertas varias advertencias que escribían muchos stockers acerca del uso de transparencias en stock que era algo que las agencias de microstock rechazaban sin miramientos etc. Así que puse transparencias en las burbujas y probé suerte. Resultó que lo que decían esos stockers era falso (quizá fuera verdad en el momento que ellos lo intentaron) La imagen fue aceptada sin problemas igual que muchas otras imágenes que he colgado luego llenitas de transparencias. El caso es que una vez cumplido su cometido de «sonda» no esperaba mucho más de este vector y ahí lo dejé sin muchas esperanzas puestas en él. Cual fue mi sorpresa al comprobar que se vendía estupendamente. A pesar de ser un dibujo super sencillo se ha vendido docenas de veces y está dentro de mi colección de superventas. ¿Por qué? pues aún no tengo ni idea, pero es así. La sorpresa es mayor cuando compruebas que se ha vendido en lugares del mundo totalmente dispares y sin relación aparente entre ellos.

Contar una historia

En mi experiencia personal si he podido comprobar una de las pocas reglas en las que coinciden tanto muchos artistas del microstock como las propias agencias. Una imagen es mucho más interesante cuando cuenta una historia. No obstante no basta con contar una historia, hace falta que la historia que cuenta sea interesante para el público potencial, que éste se pueda identificar con la realidad del entorno del cliente. Este fue el caso de este conjunto de imágenes que también forman parte de mis ilustraciones más vendidas.

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Simplemente ilustré de forma gráfica una idea que fue muy popular entre algunos economistas durante la gran recesión; la idea de lanzar billetes desde un helicóptero sobre la población como forma de parar la deflacción de la economía y estimular el consumo.

Hice la versión con las principales divisas. Esta colección de ilustraciones fue un éxito desde el primer día y aún hoy se siguen vendiendo con cierta frecuencia. La versión del yen fue la más popular pero seguida muy de cerca por las otras tres. El cerdito hucha también está a la venta como pieza suelta, pero se pierde en el océano de miles de dibujos de cerditos hucha que hay en stock y creo recordar que tan sólo lo he vendido una vez o ni siquiera eso. El cerdito es el mismo pero lógicamente la historia que hay detrás es lo que cuenta a la hora de convertirla en una imagen más comercial.

La poca fortuna de las predicciones.

Cuando envié las imágenes anteriores intuí que iban a tener éxito y lo cierto es que tuvieron incluso mucho más éxito del que me imaginaba, pero esto es la excepción. Por lo general soy horrible haciendo predicciones acerca de la acogida de una imagen.  Dibujos que pienso que van a arrasar apenas tienen impacto y otros en los que no deposito ninguna esperanza acaban convirtiéndose en superventas, como en el caso de los pájaros y el jabón. En mi caso he comprobado que la complejidad de una ilustración no tiene una relación directa con sus ventas. Hay ilustraciones complejas que se venden mucho y otras nada del mismo modo hay imágenes simples y minimalistas que tienen mucho éxito y otras a las que nadie presta su atención . De hecho no sabría deciros un patrón típico de un superventas. Las agencias de stock suelen publicar cada cierto tiempo sus tendencias basándose en sus cifras de venta y recomendando el tipo de imágenes que pueden tener más éxito, pero la experiencia me dice que ocurre como en el mundo financiero donde «rentabilidades pasadas no aseguran rentabilidades futuras» en mi caso particular siempre que he intentado seguir una moda de stock particular, las imágenes resultantes siempre se han quedado entre las menos vendidas de mi portafolio. Otros «stockers» sin embargo aseguran que este procedimiento les funciona.

Respecto a lo de la predictibilidad os pongo el siguiente ejemplo.

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Colgué una imagen de Don Quijote, –la que veis a la izquierda–, y tuvo un éxito discreto así que (listo de mí) pensé «si hago una versión un poco más elaborada del ingenioso Hidalgo, lo petará» y fue así como cree la imagen de la derecha. Pues bien, de esta segunda versión no se ha vendido ni una sola copia mientras que la popularidad de la original de la izquierda ha ido aumentando con el tiempo. Un vez más no tengo explicaciones para ello.

El azar, siempre el azar.

En otras ocasiones simplemente no sabes que rayos ocurre para que, de repente, una imagen se vuelva popular y empiece a venderse después de tiempo en el olvido sin saber muy bien porqué. Es el caso de la siguiente imagen.

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Un día dibujé sobre una hoja de papel perdida un cerdo volador. Cuando acabé el boceto me pareció que podía ser divertido pasarlo a vector, así que me copié la imagen en Adobe Draw y de ahí la pasé a Adobe Illustrator.

Ya que la tenía hecha pues aproveché para ofrecerla en las diferentes agencias de stock en las que contribuyo pero sin ninguna expectativa de ventas ya que no es la típica imagen de stock. Me refiero, un director creativo no se despierta por la mañana pensando «tengo que buscar la imagen de un cerdo volador» así que no contaba demasiado con el éxito de esta imagen. Y efectivamente así fue, la imagen permaneció  días, semanas y meses sin generar ni una sola venta tal y como preveía pero de repente una semana se vendió 4 veces durante 2 días seguidos desde diferentes agencias de Stock donde la tengo a la venta. Lo primero que pensé es que había algún cliente que la había comprado más de una vez por error o quizá alguien la compró y algún estudio vecino de la competencia lo hizo también al «espiar» algún proyecto. Lo más sorprendente fue comprobar que había sido vendida en países distantes de continentes y culturas muy diferentes y sin relación aparente entre ellos ¿? También pensé que podía haber sido porque la imagen apareciera en alguna sección de «best sellers» del día, pero este argumento no me cuadraba con el hecho de que las cuatro ventas se habían realizado en distintas agencias de Stock. Durante las siguientes semanas se volvió a repetir alguna venta esporádica y luego volvió a caer en el olvido del que surgió y en el que permanece hasta el día de hoy. Esto que os he contado me ha pasado ya con varias imágenes. Imágenes que pasan mucho tiempo sin venderse y de golpe se venden varias veces en el espacio de muy poco días. Sinceramente es un tema que me intriga pues aún no le encuentro ninguna explicación aparte del puro azar.

La conclusión es que, por mi parte, no me atrevo a daros más consejos que el del trabajo duro ya que aquí si que no hay discusión. Para vender vectores tienes que crear vectores y para vender muchos vectores hay que crear muchos vectores. Este paso quizá no sea suficiente pero sí imprescindible, a partir de ahí puede ser (o no) una cuestión de tener un estilo que enganche, de tener un portafolio extenso, de saber adivinar que tipo de imágenes necesita la gente o de pura suerte. Lo cierto es que no lo se, simplemente tengo que deciros que a mi me encanta crear dibujos de Stock porque me encanta dibujar. Si fuera sólo por el dinero no lo haría pues en mi caso los ingresos son muy pequeños pero si que es muy agradable el chute de adrenalina que recibes cuanto te llega un mensaje o una notificación diciéndote «una imagen tuya ha sido vendida» 😉