Hace unas semanas os compartía mi renovada pasión por el dibujo tradicional y como había recuperado el hábito de dibujar con herramientas clásicas como lápices, plumas y rotuladores. Pues bien, dentro del área de los rotuladores les tenía puesto el ojo a los rotuladores POSCA.
He estado siguiendo a varios artistas que los utilizan y me había llamado la atención los acabados que se consiguen. Son rotuladores opacos basados en pintura al agua que dan un acabado de color prácticamente plano y que pueden pintar en casi cualquier superficie. Tiñen completamente el color que tengan debajo, incluso puedes pintar con el negro y tras dejarlo secar un poco puedes pintar encima con el blanco, es una pasada. Y lo más curioso es que incluso pintando con ellos en papel de gramaje ligero la pintura no traspasa el papel. Además la sensación de dibujo con ellos en fantástica.
SS.MM lo reyes magos de oriente tuvieron a bien traerme un cubilete con una selección de colores a los que yo he añadido algunos colores y calibres más para completar mi paleta personal.
Tal y como me imaginaba se han convertido en toda una adicción. Aquí os dejo algunos ejemplos de los primeros dibujos que he comenzado a crear con ellos.
Hoy quiero hablaros de una app de dibujo disponible para Mac OS, Windows e iPad cuya característica principal es que imita los medios de dibujo y pintura tradicionales con un impresionante nivel de realismo.
Aún recuerdo la sensación que experimenté cuando hace muchos años descubrí una aplicación de dibujo para ordenador llamada Painter. La principal característica de esa aplicación es que sus pinceles imitaban herramientas como el óleo, la acuarela, los lápices o el carboncillo con un alto nivel de realismo.
Me quedé maravillado con ese software y durante muchos años lo estuve utilizando en combinación con la tableta Wacom hasta que el propio Photoshop fue incorporando muchas de sus características. Con la aparición del iPad empecé a dibujar principalmente con este dispositivo y abandoné totalmente Painter.
El caso es que hace unos meses descubrí la aplicación que da nombre a este post. Se trata de Realistic Paint Studio app y desde entonces la uso casi a diario. La sensación y el nivel de sorpresa que tuve cuando empecé a trabajar con ella me recordó aquella primera sensación que viví con el hallazgo de Painter.
Y es que a pesar de que el número de prestaciones es mucho menor que en Painter (lo cual es lógico en una app para tablet) la calidad de los pinceles y los materiales es claramente superior. Hasta los espacios de color han sido diseñados para respetar al máximo el gamut de las herramientas tradicionales que se imitan.
El aspecto de las acuarelas, pasteles, lápices, rotuladores, plumas o colores al óleo sobre los papeles y telas son prácticamente idénticos en apariencia a sus pares en el mundo físico pero las ventajas que tenemos son muchas más gracias a la condición digital. Obviando que no nos manchamos con pintura 🙂 una de las gran ventajas es que podemos eliminar o borrar pigmento en circunstancias donde eso sería imposible en el mundo real. Tenemos pinceles con presión inversa, que manchan mucho cuando se ejerce poca presión con el lápiz, manchan poco con presión media y borran con mucha presión y esto da mucha versatilidad a la hora de sombrear. Podemos teñir con acuarela blanca o borrar óleo con una goma de borrar lápiz.
Pero definitivamente lo más excitante de Realistic app es su bello interfaz que convierte el trabajo con esta app en algo totalmente adictivo. En las imágenes que ilustran este post podéis ver lo cuidado de los iconos de las herramientas de creación organizados en preciosos estuches que se agrupan en estcuhe de reglas, útiles de dibujo, herramientas de acuarela, pinceles y espátulas de oleo y herramientas VIP. Los papeles y lienzos disponibles también contribuyen a crear una experiencia de dibujo excelente que te empuja a dibujar más y más en tu iPad (Es dónde yo la utilizo, pero cómo os digo, hay también versiones para Mac y Win)
A continuación os muestro una pequeña de las ilustraciones que he creado con esta app
Ayer se presentaron en MAX 2023 muchas de las novedades que va a incorporar las versiones 2024 de las principales aplicaciones de Creative Cloud. Fueron muchas las novedades y muy interesantes pero una de las que más llamó mi atención es la nueva posibilidad de crear imágenes vectoriales con inteligencia artificial generativa dentro de Illustrator.
Si bien Adobe no ha sido pionera en el campo de la inteligencia artificial generativa para bitmaps donde Open AI y Mid Journey tomaron la delantera y, aún hoy, s epuede decir que proporcionan mayor calidad que Adobe Firefly (el motor de Gen AI de Adobe) en el caso de los vectores, hasta dónde yo sé, si que es de las primeras o la primera compañía que permite crear este tipo de ilustraciones a través de un prompt.
La forma en la que trabaja es realmente sencilla. Trazamos un rectángulo en la mesa de trabajo de Illustrator del tamaño que queramos que tenga el gráfico resultante. Entonces en el panel de propiedades escogemos el tipo de elemento que queramos generar. Asunto, para crear objetos o personajes, Escena, para crear escenas o paisajes, Icono crea gráficos simples que pueden servir como icono y Motivo crea patrones de repetición. Escribimos la frase con los resultados que queremos obtener (reconoce más de 40 idiomas), pulsamos el botón Generar y… voilà en apenas unos segundos obtenemos tres propuestas de gráficos vectoriales totalmente editadles.
Además de forma previa a la creación del vector podemos utilizar una especie de cuentagotas y hacer clic en alguna ilustración que ya tengamos sobre la mesa de trabajo. De esta forma el vector que se crea intenta imitar el estilo de la ilustración de referencia.
La verdad es que me he quedado muy gratamente soprendido con los resultados y con la extraordinaria potencia de esta prestación. A continuación o muestro algunas ilustracione y motivos que he creado en apenas unos minutos y , lo creais o no, solamente utilizando algunas frases.
La innovación en Inteligencia artificial avanza a mucha más velocidad de la que soy yo capaz de escribir en el blog. Prácticamente no pasa una semana sin que aparezca una nueva utilidad que apunto en mi, ya muy larga, cola de espera de utilidades de IA a prbar.
No obstante sí que quería mencionar aquí tres utilidades que ya llevo un tiempo utilizando y que mostré en la charla de aplicaciones de IA que la Associació Professional d’ Il·lustradors de Catalunya me encargó para el Bill Festival que tuvo lugar el pasado mes de Mayo.
Se trata de estas tres soluciones
Blocklade Labs
Se trata de una utilidad que crea entornos virtuales de navegación de 360º a partir de un prompt.
La calidad de las imágenes así como la fidelidad de las creaciones a partir de los prompts es realmente sorprendente. En la actual verisón además es posible exportar los resultados como imágenes 360.
Runway es una solución que ha dado mucho que hablar últimamente y con razón, porque, a día de hoy es una de las soluciones que crea mejores resultados creando vídeos directamente a través del Prompt o utilizando otro vídeo como fuente, donde los resultados son aún más sorprendentes si cabe.
En el ejemplo que véis abajo, la primera imagen es un fotograma del vídeo original, mientras que el las otras dos son interpretaciones artísticas del mismo vídeo a partir de mensajes (prompts) que le introduje. La fidelidad de los movimientos respecto a la muestra original es absoluta.
En este caso se trata de una solución que convierte una ilustración plana en una malla 3D con textura y todo. Solamente es necesaria una imagen y es la propia IA la que interpreta el contenido de dicha imagen y determina como «deberían» ser las proyecciones del resto de lados y a partir de ahí crea la composición entera. Los resultados, una vez más, vuelven a ser sorprendentes como la malla de busto que os pongo a continuación y que CSM creó a partir una sola ilustración vectorial que realicé y que es la primera que aparece arriba a la izquierda.
Tras muuuucho tiempo he vuelto a escribir comics de cierta longitud. Hace poco realicé algunas pequeñas tiras en formato cuadrado para mi instagram, pero esta es mi primera historieta de más de 10 páginas realizada tras una larga pausa. EL título del cómic es «El hombre Totem pasa a la acción«
Ha sido una experiencia muy satisfactoria. Me gustaría que este fuera el inicio de una pequeña época fecunda donde pueda crear más historietas parecidas para ir engordando un poco mis obras completas.
Para poder leer o descargase el PDF de la historia, haz clic en el siguiente enlace.
Hace algo más de un año empecé por fin con una tarea que tenía pendiente y era empezar a conocer y trabajar con las aplicaciones de texturizado y composición 3D de la familia Substance que Adobe adquirió ya hace algún tiempo.
Como conclusión os puedo decir que en seguida entendí porqué son el estándar de factor para la creación de materiales PBR en casi todas las industrias donde estos materiales se utilizan.
Estas son las apps que componen actualmente la suite de Substance 3D
Sampler
Sin duda de la más fáciles y divertidas de utilizar. Substance sampler te permite crear materiales PBR de forma rápida aplicando filtros y efectos sobre sombreadores con ajustes pre-establecidos. Lo interesante es que no por el hecho de ser un interfaz razonablemente intuitivo estamos limitados en cuanto al rango de materiales que podemos crear, en absoluto. Mediante la combinación y aplicación de distintos ajustes con multitud de parámetros tenemos un abanico ilimitado de posibilidades para crear materiales realistas.
Podemos escoger entre varios objetos de ejemplo para ver qué aspectos ofrecen los materiales sobre diferentes tipos de sólido. El resultado se puede exportar a multitud de aplicaciones como mapas para las diferentes capas del material PBR siguiendo la jerarquía o nomenclatura de los principales tipos de render del mercado. Se trata siempre de mapas con patrones repetitivos y sin costuras cuyo tamaño puede ir desde 1024X1024 pixeles hasta 4096X4096.
Painter
En el pasado trabajé con diferentes aplicaciones de 3D painting como los de la casa Right Hemisphere o el propio Photoshop Extended pero os puedo asegurar que la experiencia de pintar sobre objetos 3D sencillamente no tiene nada que ver.
Recuerdo que en esas aplicaciones mapear con precisión sobre superficies orgánicas era francamente complejo y si el objeto tenía unas coordenadas UV fragmentadas entonces todo el trabajo se convertía en una autentica pesadilla hasta el punto de que conseguir resultados de calidad a veces era una misión imposible. Pues bien, con Painter nada de esto ocurre. Por muy complejas que sean las coordenadas UVs del modelo el resultado siempre es suave y sin costuras y si el objeto no posee UVs o éstas son muy defectuosas, el propio Painter es capaz de crearlas con una efectividad sorprendente.
Acepta los formatos de objetos 3D más populares y permite «hornear» texturas a partir de la geometría a pintar como la curvatura, la oclusión de ambiente etc. lo que permite crear acabados muy realistas y apropiados a la geometría a pintar. La cantidad de tipos de capa, máscaras y efectos que se pueden aplicar así como la enorme cantidad de pinceles nos garantiza que podemos alcanzar cualquier tipo de acabado que tengamos en la cabeza así como experimentar con un amplio abanico de opciones
Designer
Designer junto con Painter es probablemente uno de los buques insignia de la familia de aplicaciones Substance.
Permite crear materiales PBR a partir de la edición y combinación de multitud de nodos diferentes. A simple vista puede parecer un sistema un tanto enrevesado (lo es) pero una vez entiendes la metodología que subyace a la aplicación se convierte en una poderosísima herramienta para crear todo tipo de materiales por complejos que estos sean.
Designer te permite crear complejos patrones a través de imágenes importadas o generadas algorítmicamente desde cero y la aplicación de operadores gráficos y transformaciones de todo tipo. Con experiencia y dedicando el tiempo adecuado los resultados pueden ser sencillamente espectaculares.
Pero es que además Designer te permite crear también sólidos paramétricos. Este tipo de modelados también te abre un mundo de inmensas posibilidades. A diferencia el modelado tradicional, el modelado paramétrico te permite obtener multitud de objetos a partir de un modelado inicial.
Stager
Se trata del compositor de escena de la suite (lo que «Showplace» era para Render-man en su época). De hecho se trata de una evolución de Adobe Dimensions que tantas satisfacciones me ha dado. Obviamente aquí las opciones han aumentado y también la potencia de render.
Por contra tengo que decir que las exigencias de CPU son mucho mayores y también se nota un descenso considerable en la velocidad de render. Quizá no sea la mejor opción para los/las que están acostumbrados a Blender o similares pero si es una muy buena opción para aquellos creativos que quieren conseguir renders de impacto y muy alta calidad y que no tienen el 3d como corpus principal de su trabajo.
Modeler
Por supuesto un modelador es la pieza esencial que echábamos de menos en la suite (junto con, quizás, un animador que aún hecho de menos) así que me alegré un montón cuando me enteré de que se añadía un modelador a la familia
Desafortunamdamente mi alegría duró poco cuando descubrí que esta aplicación está solamente disponible para entorno Windows porqué actualmente yo trabajo con Mac OS. Pero desde luego valdría la pena tener un PC potente aunque sólo fuera para trabajar con este software. Su sistema de modelado es muy agradable pues combina el sculpting tipo «Zbrush» con modelado de formas duras de una forma muy orgánica. Además puedes utilizar también un visor de VR para poder modelar en el «interior» del espacio 3D de la escena. Esta combinación de prestaciones junto con un interface bastante intuitivo (al menos en comparación con lo que estamos acostumbrados a ver en el ámbito del 3D) hacen de este modelador una herramienta muy atractiva. Lástima que de momento no voy a poder probarla :-(.
Espero que este resumen haya sido de vuestro interés y que os ayude a decidiros a darle una oportunidad a esta increíble suite. Estoy seguro que os encantará.
Hace poco que se retiró un buen amigo mío tras muchos años de una carrera profesional muy exitosa en el mundo de la consultoría informática. Lo peculiar del caso es conocer su historia. Os la explico.
Mi amigo (vamos a llamarle con el nombre ficticio de Ramón) era un consultor y arquitecto informático muy valorado en su empresa de software. Cuándo todos los demás recursos fracasaban lo llamaban a él. Cuándo había un problema en el proyecto de un cliente que nadie era capaz de solucionar, él era el último as en la manga. Su precio/hora de consultor era, con mucha diferencia, la más cara de la empresa y de las más caras del mercado en general por eso los clientes no aceptaban sus servicios hasta que estaban desesperados, hasta que un proyecto entraba en un callejón sin salida, hasta que un montón de dinero en inversión corría el riesgo de irse al garete o la amenaza de depuración de responsabilidades planeaba sobre el ambiente.
Ramón llegaba a la empresa donde estaban los proyectos de desarrollo e integración bloqueados y cuál Señor Lobo en la película Pulp Fiction llegaba y solucionaba los problemas en un plis-plas trabajando codo con codo con las personas responsables y dejándolas en buen lugar tras aprender la lección de cual había sido la causa del problema y como enfrentarlo si se volvía a repetir en el futuro.
Como consecuencia de todo ello Ramón estaba muy buen valorado en la compañía. Constantemente le revisaban sus condiciones al alza pues sus jefes eran conscientes de que era codiciado por las empresas de la competencia que prácticamente a diario le tentaban con suculentas ofertas para pasarse a sus filas. Cada año recibía bonus e incentivos que intentaban reforzar el vínculo de Ramón con su puesto pues los directivos eran conscientes del valor de un activo como él que no únicamente proporcionaba pingues beneficios económicos a la empresa sino que también era una garantía para mantener la confianza de los clientes en la compañía y solidificar la fidelidad de estos para futuros proyectos.
Ramón llegaba a la empresa donde estaban los proyectos de desarrollo e integración bloqueados y cuál Señor Lobo en la película Pulp Fiction llegaba y solucionaba los problemas en un plis-plas
Finalmente, hace poco, cuando llegó a una edad razonable Ramón decidió retirarse para vivir una jubilación dorada y bien merecida desoyendo los ruegos de sus superiores que le ofrecían cifras desorbitadas para que alargara su carrera un puñado de años más.
Lo interesante del caso de Ramón es que su formación técnica era prácticamente inexistente. Él había cursado estudios de periodismo y se suponía que sus conocimientos informáticos los había adquirido con la experiencia práctica, pero la realidad era que los conocimientos de Ramón a duras penas superaban los conocimientos de un usuario estándar. A sus pocos amigos de confianza nos confesaba que muchas veces tenía que pedir ayuda a sus hijos para realizar tareas sencillas con el ordenador o con Internet. En su día a día utilizaba un argot técnico limitado con términos que le sonaban porque los oía constantemente a su alrededor pero, a los mismos amigos, nos aseguraba que apenas tenía nociones del significado de palabras y siglas como «Middleware», «CDN», «ERP» , «Scrum», «Deployment», «Incremental backup», «MVP», «Cluster», «Socket» y que algunas de estas palabras directamente le sonaban a chino cantonés.
Entonces ¿dónde estaba el secreto de que a pesar de esta falta de competencia profesional confesada a una grupo reducido de colegas Ramón no solamente fuera competente en su trabajo sino que triunfara solucionando problemas en proyectos dónde reputados ingenieros habían tirado la toalla? El secreto radica en la teoría del «Rubber duck debbuging method» o método de depuración del patito de goma.
Este método consiste en colocar un patito de goma encima de tu escritorio y contarle todos y cada uno de los pasos que has seguido en el desarrollo de un código o implementación hasta que te has topado con un problema. Has de contárselo con total confianza como si el patito de goma fuera capaz de escuchar lo que le dices y de entender tus palabras si haces un esfuerzo razonable por ser lo más claro/a posible.
Lo que ocurre entonces, en muchos casos, es que al contarle al pato tus pasos en voz alta de forma escrupulosa, acabas descubriendo una omisión o un paso en falso durante el proceso que se te había pasado por alto. En la mayoría de ocasiones al rectificar ese paso todo vuelve a funcionar.
Bien, pues resulta que Ramon era un virtuoso de éste método. Se convirtió en un pato de goma humano. Cuándo llegaba a las empresas en problemas y se encontraba con los ingenieros agobiadísimos al borde del llanto , él, luciendo la autoridad que le daba una increíble seguridad en si mismo y el aura mística proporcionada por su reputación, se limitaba a decir con absoluta calma: «Tránquilos… a ver, cuéntame todos y cada uno de los pasos que has seguido para llegar a este estado del asunto sin omitir ningún detalle » y añadía «es importante que no te dejes ningún detalle por insignificante que parezca«. Entonces el/la interlocutor/ra en cuestión empezaba a enumerarle todo lo que había hecho -en teoría correctamente- de la manera más concisa posible. Mientras la persona iba desarrollando su narración Ramón no apartaba la vista de él/ella y le escuchaba atentamente, concentrado en cada una de sus palabras sin emitir ningún juicio ni articular una sola palabra.
Pues bien en el 90% de los casos, durante esta enumeración, el entrevistado acababa descubriendo algo que le chirriaba «¿No será eso?.. probémoslo» Se probaba eso y zas! todo se solucionaba. A veces era necesario avanzar dos o tres sospechas más en la disertación para llegar a la resolución pero prácticamente siempre se llegaba a ella.
En el 10% restante había un porcentaje donde Ramón debía indagar un poco más haciendo preguntas o propuestas del tipo «¿Has probado esto?» o «¿En qué fase crees que empezó a enredarse todo?» o «¿Estás seguro que no te dejas ningún paso?» Esas preguntas hacían de gancho para considerar aspectos que habían pasado desapercibidos en la primera narración y dar en el clavo del problema. Otras veces no era posible resolver el problema en el momento pero Ramón podía detectar por las respuestas del cliente, quien podía, dentro de su equipo de especialistas, aportar la solución. Y en un número muy reducido de casos, realmente se trataba de un bug del software y entonces se escalaba directamente a los equipos de ingeniería de producto.
Hemos de tener en cuenta que Ramón siempre era el último recurso al que se acudía después de involucrar a los equipos más aguerridos de los integradores de sistemas o incluso de servicios profesionales de forma que cuándo él llegaba ya se habían descartado los casos dónde el mal funcionamiento del proyecto se debiera a la falta de conocimiento o experiencia de los equipos de implementación. Dicho de otra manera Ramón era a quién llamaban cuando incluso los equipos de «boinas verdes» se habían rendido después de utilizar todas sus destrezas.
Le pregunté entonces a Ramón cómo había llegado hasta allí. Me contó que cuando él entro a trabajar en la empresa, muy joven, ocupaba un puesto administrativo sin mucha relevancia pero un día uno de sus jefes le envió a ver a un cliente cabreado para ganar tiempo mientras los equipos de consultoría acababan su trabajo en el proyecto de otro cliente. Su jefe le dijo: «Tú simplemente ve allí y escucha las quejas del cliente» y «luego dile que las anotas y que las transmites a tus equipos técnicos«. Así que Ramón llegó nervioso y resignado a las instalaciones del cliente y cuando lo tuvo enfrente le pidió que le describiera cuál era el problema con todo el nivel de detalle posible para pasarle la información a sus superiores. El cliente empezó a relatar el proceso y mientras lo hacía cayó en la cuenta de un paso que quizá no había sido el correcto, lo revisó y todo empezó a funcionar. Muy contento le dio las gracias a Ramón y transmitió a sus jefes lo satisfechos que habían quedado con su trabajo. Ante la sorpresa, su jefe decidió enviar a Ramón a otro cliente a atender un caso similar con igual resultado . Al cabo de unos meses el primer cliente llamó por otro problema y reclamó la presencia específica de Ramón. Poco a poco Ramón empezó a atender a más clientes. A algunos de ellos iba acompañado por un ingeniero de verdad, pero la cuestión es que sus casos de éxito no paraban de crecer hasta que se hizo evidente que debía trabajar en el departamento de consultoría para sacar todo su potencial. No tardaron en llegar los clientes que preferían esperar o pagar el doble para que viniera Ramón en lugar de otro consultor.
Le pregunté entonces a Ramón cómo había llegado hasta allí. Me contó que cuando él entro a trabajar en la empresa, muy joven, ocupaba un puesto administrativo sin mucha relevancia pero un día uno de sus jefes le envió a ver a un cliente cabreado para ganar tiempo
Conforme la autoridad y la fama de Ramón crecía los integradores que le recibían en casa del cliente se esforzaban en ser más precisos a la hora de explicarles el problema. Sabían que sus superiores habían pagado a veces hasta el doble para solicitar la presencia de ese consultor premium y no querían quedar en evidencia. Antes las preguntas de Ramón del tipo «¿Estás seguro que has revisado tal o cual punto?» los técnicos del cliente se apresuraban a hacer una doble comprobación y como resultado de muchas de ellas se encontraban soluciones o se descubrían elementos que no habían sido tenidos en cuenta.
Al poco tiempo asignaron un pequeño equipo de ingenieros a las órdenes de Ramón al que instruyó en su método de simplemente escuchar, o sea, de comportarse como un patitos de goma. Los resultados del equipo, en general, eran bastante buenos pero había un reducto de casos en los que sus adjuntos (con buenos conocimientos de informática de sistemas) no daban con la solución y tenía que acudir Ramón en persona a hacerse cargo del asunto y poner la guinda final.
Y es que, como os podéis imaginar el talento de Ramón no se reducía a plantarse allí delante y quedarse quieto oyendo lo que decían los integradores (aunque un gran porcentaje del método sí era eso) sino que practicaba lo que él llamaba la escucha activa que tenía técnicas específicas algunas de las cuales me resumió:
Cuándo el cliente describe el problema y el proceso a través del cual se han encontrado con dicho problema hay que concentrase en la narración y prestar auténtica atención en las palabras (independientemente de si se entienden o no) sin apartar la vista de sus ojos. Si el cliente detecta, aunque sea a nivel inconsciente, que no se le presta atención tenderá , también a nivel inconsciente, a no entrar en detalles y ser menos específico.
Cuándo se detecte vacilación o inseguridad en alguna de sus afirmaciones hay que alzar las cejas o mostrar algún tipo de sorpresa en el gesto de la cara. Esto hará que el interlocutor haga un esfuerzo adicional en re-fornular la cuestión o en intentar explicarla (y explicársela a el/ella mismo/a de paso) con mayor claridad. Lo que no en pocas ocasiones hace que surjan nuevas vías de exploración no tenidas en cuenta hasta ese momento
Cuándo notes un brillo en el rostro del interlocutor fruto de un micro-descubrimiento súbito mientras se habla a sí mismo/a (pensando que te está hablando a ti) hay que hacer un muy sutil gesto de aprobación y una muy leve sonrisa lo que inconscientemente hará que el interlocutor se anime a seguir tirando del hilo de esa línea argumentativa.
Cuándo se llegue a un punto muerto y notes frustración en el gesto del interlocutor hay que negar levemente con la cabeza y expresar un amago de disgusto en tu rostro. En mucho casos esto forzará incosncientemente a que tu propio interlocutor formule una alternativa
Si a partir de ese punto la cosa no se desencalla entonces hay que pasar a la fase de preguntas hábiles.
Lo primero es decir «recapitulemos» e intentar repetir en voz alta el proceso que ha descrito el interlocutor. No es necesario que sea exactamente el mismo, de hecho es incluso conveniente introducir alguna re-interpretación errónea para que sea el propio interlocutor el que intente corregirnos
Después es bueno recorrer a preguntas de tipo confirmación como «¿Estás seguro/a de que has considerado todos los aspectos?, ¿hay algo más que se te ocurra?» etc. Aunque la pregunta concreta ya depende mucho del contexto. Aquí Ramón fue mejorando mucho su destreza conforme fue adquiriendo experiencia.
Un aspecto divertido del asunto es que , incluso después de explicar su método a algunos de sus directores y clientes de mayor confianza y de reconocer que sus conocimientos técnicos reales eran casi nulos estos seguían manteniendo una confianza ciega en él y seguían recurriendo a él cuándo las cosas se ponían feas.
Si el cliente detecta, aunque sea a nivel inconsciente, que no se le presta atención tenderá , también a nivel inconsciente, a no entrar en detalles y ser menos específico.
Lo mejor de todo, según me comentó Ramón poco antes de retirarse, es que dicho método lo había acabado empleando para el resto de facetas de su vida, con su familia, amistades y demás relaciones sociales y que en todos los casos esa escucha activa y profunda había servido para desencallar muchos conflictos y estrechar vínculos y relaciones. Por lo que llegó a tener la certeza de que ser un buen escuchador es incluso más eficaz -aunque sobretodo más difícil – que ser un buen orador.
Ahora que ya está retirado del mundo profesional activo Ramón estaba pensando en montar una consultoría de coaching de negocios o similar para enseñar su método. Cómo logo estaba pensando utilizar el dibujo de un patito de goma. Si finalmente lo lleva a cabo os lo haré saber. 😉
Hace ya tanto años que me concentro en la creación digital de imágenes que prácticamente se me ha olvidado la última vez que me dediqué a dibujar de forma tradicional sobre papel. Desde que tengo memoria siempre he estado rodeado de lápices, bolígrafos, acuarelas, pinturas varias y llenando cuadernos y hojas y hojas de papel realizando todo tipo de dibujos y garabatos. En mi época de estudiante de Bellas Artes además, también le dediqué muchas horas al trabajo con otras técnicas como el carboncillo, el gouache, las anilinas, el acrílico o el óleo entre otras muchas técnicas, pero la evolución del tiempo hizo que poco a poco pero de manera inexorable lo digital fuera fagocitando poco a poco mi tiempo hasta que en los últimos tiempos prácticamente el 95 % de mis creaciones eran 100% digitales y lo poco que dibujaba de forma tradicional eran apenas garabatos o bocetos para preparar creaciones hechas con el ordenador.
La llegada de dispositivos como el iPad o los cuadernos de tinta electrónica no hicieron más que agravar esta situación y en los últimos tiempos prácticamente el 99% de lo que trazaba era siempre con medios digitales. Lo curioso del asunto es que esta transformación se ha producido sin apenas ser consciente de ello.
Todo cambió cuando en algún punto del año 2021 mi hija tuvo el acierto de regalarme un cuaderno de bocetos (¡Gracias Helen!). Al principio se quedó guardado en un cajón y puedo decir que cada vez que lo abría y veía al cuaderno en su interior lo miraba hasta con temor. Finalmente un día decidí estrenarlo y la sensación de volver a sentir el lápiz sobre el papel fue tan brutal que puedo decir que hubo un antes y un después tras ese momento. De golpe todas las sensaciones de disfrute que había gozado durante los años y años que pasé dibujando de forma analógica volvieron a mí con una fuerza inusitada. De golpe volví a descubrir lo mágico que es sentir la densidad y el tacto de los materiales de dibujo y me pregunté cómo había dejado perder tal maravilla.
No me entendáis mal, adoro las técnicas digitales y no pienso abandonarlas nunca. Aportan muchas cosas que difícilmente pueden conseguirse con medios tradicionales sobretodo en productividad y velocidad a la hora de conseguir acabados pero la corporeidad y la satisfacción física y mental que proporcionan los medios tradicionales de dibujo no tiene comparación posible. El problema no es la creación digital, el problema fue dejar que las herramientas digitales me hicieran abandonar los medios tradicionales. Y por supuesto la combinación estratégica de ambos tipos de medios es lo que permite aprovechar lo mejor de los dos mundos.
El caso es que nunca es tarde si la dicha es buena y desde aquel día lo que fue una tímida re-introducción al dibujo a mano se ha convertido en una auténtica adicción de la que no me arrepiento para nada. Bien al contrario, espero haber aprendido la lección y no volver a abandonar los medios tradicionales nunca más.
Lo que empezó volviendo a trazar tímidamente líneas de lápiz sobre las hojas del cuaderno se convirtió rápidamente en un frenesí que me hizo desempolvar un montón de bolígrafos, rotuladores, lápices, estilográficas y otros útiles de dibujo que tenía guardado y empezar a manchar y manchar papeles volviendo a disfrutar con el re-descubrimiento del color, las tramas, los volúmenes las luces etc.
De momento mi vuelta al mundo del dibujo tradicional ha sido al de las técnicas secas. Me temo que el tiempo, dedicación y preparación que exigen las técnicas húmedas -que también me hicieron gozar en su día- tendrán que esperar un poco más. Esta son las técnicas con las que he empezado a trabajar.
Lápices de grafito y lápices de colores
Bolígrafos
Rotuladores, plumones y estilografos
Plumas estilográficas
Collage e ingenieria de papel
Tampografía
Lápices de grafito y lápices de colores
El lápiz es la herramienta primigenia con la que la mayoría de nosotros aprendió a dibujar. Es una herramienta esencial y la elección imprescindible cuando se trata de abocetar. Por supuesto siempre la utilizo para realizar la base de un dibujo donde quiero garantizar un buen acabado pues permite borrar con mucha facilidad pero también crear ilustraciones finales.
No obstante dentro de los lapiceros también hay que distinguir de varios tipos
Lapiceros de grafito normales
Vamos, lo que vienen siendo los lápices de toda la vida. Tengo varios con varios niveles de dureza que proporcionan diferentes tipos de intensidad de negro. Los más duros y grises los suelo utilizar más para marcar y abocetar y los más oscuros para ilustraciones finales pero también para transferir dibujos a la goma donde creo los sellos de caucho para estampación. El lápiz es agradable de manejar por definición. Se entiende muy bien con la mayoría de papeles. Es una delicia dibujar con lápices, su ductilidad permite transmitir las imágenes del cerebro a la mano de una de las forma más directas posibles y se puede graduar la presión de forma muy precisa lo que permite obtener una amplia gama de tonalidades y degradados suaves.
Barras de grafito
Tengo unas cuantas barras de grafito también de diferentes niveles de dureza que utilizo sobretodo para sombreados o para rellenar zonas de gris de forma rápida.
Portaminas
Los portaminas ofrecen la ventaja frente a los lápices de grafito tradicionales que permiten realizar líneas de grosor constante más fácilmente y no es necesario afilar la punta de forma regular . Actualmente tengo portaminas de 0.5 y 0.7 mm de grosor aunque me gustaría adquirir también algún portaminas de 1 o 1,5 mm para tirar líneas más gruesas. La mayor parte del tiempo utilizo los portaminas como base para realizar dibujos a tinta aunque también he acabado algún dibujo solamente con esta herramienta
Bolígrafos eternos
Bajo este nombre se conoce a un tipo especial de lapiceros que están compuestos por una punta metálica. La característica especial de esta herramienta es que no es necesario sacar punta y dura muchíiiiiiiismo por lo que reciben el sobrenombre de «bolígrafos eternos». Su aspecto, efectivamente es el de un bolígrafo pero con la ventaja de que su trazo se puede borrar. Como desventaja podríamos decir que el gris de su trazo es muy clarito, el equivalente a un 2H, pero esto se convierte en una ventaja cuando quieres la herramienta perfecta para abocetar y repasar el dibujo final con tinta. El trazo es muy fácil de borrar y prácticamente no quedará rastro visual de él en el dibujo acabado.
Lápices de colores
Son una categoría por sí misma porque, aparte de compartir las características ya comentadas de sus hermanos de grafito añaden la dimensión del pigmento y el color. Los utilizo principalmente para realizar ilustraciones finales a color pero también pueden servir como base para realizar bocetos de dibujos que luego irán a tinta. Para ellos es importante utilizar colores no demasiado intensos y presionar muy poco el papel para que queden trazos muy claros. El cian y el rojo suaves son especialmente buenos pars esto porqué luego desaparecerán casi por completo cuando se escanee o se fotocopie la imagen con tinta y en el peor de los casos el rastro es muy fácil de eliminar es post producción con Photoshop.
Pero donde realmente los lápices de colores lucen con luz propia es en los dibujos finales a color. Es realmente una gozada ver las calidades que podemos alcanzar en los resultados incluso con una marca económica. En este sentido yo tengo algunos colores (en mi infancia nos referíamos a los lápices de colores simplemente con el término «colores») de marcas económicas e incluso muy económicas que aún así permiten obtener acabados más que satisfactorios. Es cierto que estos lápices de gama baja el porcentaje de cera es my alta respecto al porcentaje de pigmento y el resultado práctico es que no puedes mezclar más de 2 o máximo 3 colores antes de que la mezcla se sature ya ya no te permita añadir más tonos sobre la misma superficie. Aún así, usados con algo de maestría puedes sortear este inconveniente. Es cierto que los utilizo más para bocetos e ilustraciones no finales. Cuando quiero acudir a acabados de mayor calidad utilizo los Caran d’ache polycromos que son una auténtica gozada por el poder de pigmetación que tienen y la opacidad que puedes llegar a alcanzar con ellos. Mis experiencias con ellos siempre han sido excelentes. La gran cantidad de pigmento frente a la cera de su mezcla permite mezclar distintos colores en múltiples capas y aún así trabajarlos cn naturalidad. El brillo y la saturación que se consigue llegan a rivalizar incluso con otras herramientas «mayores» como los rotuladores o las acuarelas. De hecho la única pega que podría buscarles es su precio… aunque valen de sobra lo que cuestan.
Dibujo hecho con lápices económicos (arriba) frente a dibujo realizado con Caran D’Ache Polycromos (sobre estas líneas)
Como paso intermedio entre estos dos extremos me gusta mucho utilizar mi colección de 6 lápices Carioca bicolor.
Lápices Carioca Bicolor
Cada lápiz tiene dos colores con lo que al final los 6 lápices te proporcionan 12 colores que es una paleta más que suficiente para realizar todo tipo de ilustraciones. Son lápices de punta gruesa con una suavidad y ductilidad impresionante. El tacto es inmejorable tanto para rellenar superficies, para realizar líneas gruesas e incluso para detalles finos, si bien para esto último es importante afilar antes la punta adecuadamente con el agujero mayor del sacapuntas. Al ocupar poco espacio los 6 lápices son ideales para transportar en el pequeño estuche que siempre llevo en mi mochila y poder utilizarlo en casi cualquier situación.
Bolígrafo
El bolígrafo me encanta. Adoro el bolígrafo. Es sin duda, mi herramienta favoritas para dibujar en numerosas ocasiones. Reconozco que durante mucho tiempo no me sentía bien dibujando con bolígrafos porqué daba crédito a una de las creencias más falsas e injustas que se han realizado en el mundo de las técnicas creativas y era esa de que el bolígrafo era una herramienta de oficina o de colegio para tomar notas o escribir trabajo escolares no una herramienta de dibujo. Era y es considerado aún por muchos/as como un útil de segunda clase que no está a la altura de otras como el lápiz, la pluma o el pincel y que nada que saliera de su punta podía ser considerado obra de arte. Gracias al cielo artistas como Juan Francisco Casas o Emil Ferris se han encargado de desmentir esta absurda información para siempre y han hecho entrar al bolígrafo por la puerta grande y por derecho propio en el mundo de los útiles de las bellas artes.
El bolígrafo no sólo es tan digno como otras herramientas sino que permite conseguir unas texturas y gradaciones únicas que dan un acabado característico y muy agradable a las creaciones realizadas con él.
La ventaja del bolígrafo es su ductilidad, la mansedumbre con la que se adapta a la intensidad de tu trazo y al movimiento de tu mano. La sensación deslizamiento de la bola de la punta sobre el papel es sencillamente deliciosa y aunque varía de un bolígrafo a otro es fácil sentir cuales de ellos se adaptan mejor a tu estilo de dibujo. Los que tienen un tacto rasposo o una salida de tinta irregular (generalmente los más baratos, de publicidad) los descarto.
Colección de bolígrafos BIC y de otras marcas
Utilizo varios tipos de bolígrafo de todos los colores , desde bolígrafos de publicidad (aunque con funcionamiento satisfactorio) hasta bolígrafos de «lujo» de esos que te regalan junto con una estilográfica a juego. Pero los que más uso son los bolígrafos BIC es sus versiones «cristal» con puntas de 1,5 mm, versiones normal con puntas de 0,7 mm y versión punta fina de 0,4 mm y también los famosos de 4 minas multicolor en todas las paletas disponibles. Sencillamente la gente de BIC han hecho siempre un trabajo excelente y sus productos son de una calidad extraordinaria. La viscosidad de la tinta de estos bolígrafos es la justa, la sensación de tacto en casi todos los papeles es muy satisfactoria y calidad que ofrecen en los dibujos no tiene discusión posible además a un precio más que razonable. La paleta de colores que ofrecen tanto en la gama cristal como en los multicolor es limitada pero más que suficiente para conseguir gran riqueza de cromatismo. Combinando los colores además la cantidad de tonos que se pueden conseguir se multiplica.
Los famosos bolígrafos BIC de 4 colores
Por la propia naturaleza del bolígrafo funcionan muy bien los tramados realizados con puntos, rayas, cruces u otro tipo de garabato base pero a su vez la presión que se ejerce sobre la herramienta también permite conseguir gradaciones muy interesantes.
Por lo demás he probado muchos otros tipos de bolígrafos basados tanto en tinta grasa como con tinta de gel. Tengo que decir que los bolígrafos de gel no me acaban de convencer, especialmente los de colores. Las tonalidades son demasiado fluorescentes y es un efecto que no se presta bien para obtener colores naturales suaves. Por otro lado los bolígrafos de gel tienden a dejar la típica «bolita» de tinta al final de los trazos cuando levantas la punta del papel lo que desvirtúa un poco el trazo y la modulación del grosor de éste es algo más difícil de controlar, por eso los utilizo más para rellenos de colores en zonas muy específicas.
Alguna imágenes realizadas con bolígrafo.
Rotuladores
Los rotuladores son la técnica más húmeda de las técnicas secas. Tienen la ventaja de que pueden rellenar muy rápido amplias zonas de color. Los tonos son muy vivos y las tintas cubren muy bien el papel y además suelen mezclarse entre sí.
Tengo rotuladores de varios tipos, por un lado tengo los estilógrafos o rapidógrafos de diferentes grosores que son los que utilizo para delinear los dibujos. Por otro lado tengo rotuladores con base de agua y con base de alcohol para colorear.
A la izquierda conjunto de rapidógrafos, a la derecha rotuladores de colores al agua con dos puntas.
Para dibujar los estilógrafos/rapidógrafos son sencillamente formidables, te permiten conseguir multiples tipos de trazo dependiendo de la forma de la punta y los detalles que se pueden conseguir en las tramas con los de menor grosor son simplemente extraordinarios.
Para pintar y rellenar superficies de color tengo sentimientos encontrados. Cómo medio semi-húmedo que son consiguer bastante opacidad y densidad en los colores, algunos de los que manejo también permiten mezclarse entre ellos y modular algún tipo de degradado pero es muy difícil o directamente imposible realizar sombreados con un solo color a través de la presión como ocurre con los lápices de colores o los bolígrafos. Además las características de las tintas hacen que se produzca el efecto de superposición de colores en los límites donde acaban y comienzan los trazos por muy rápido que dirijas el gesto. Por eso conseguir manchas de color homogéneo y superficies de color uniforme es todo un reto y algo prácticamente imposible de conseguir en zonas amplias. Es cierto que alguno de los rotuladores con base de alcohol proporcionan mejores resultados en lo referente a este molesto efecto pero dichos rotuladores suelen traspasar cualquier tipo de papel que no sea muy grueso por eso no me gusta utilizarlos en cuadernos de esbozos, para este tipo de soporte prefiero rotuladores con base de agua donde el efecto de «banding» es más evidente pero cuya tinta no traspasa el papel y permite aprovechar casi siempre las dos caras de una hoja de la libreta.
Por otro lado la intensidad de la mayoría de colores es bastante alta lo que dificulta conseguir contraste de tonalidades. Esto lo he solucionado en parte comprando una colección de rotuladores pastel y separando las tonalidades más claras del resto de colecciones, de esta forma puedo controlar mejor los equilibrios de color y contraste de las ilustraciones.
Plumas estilográficas
¡Me encantan las plumas estilográficas! y eso que son, con diferencia los útiles menos dóciles de los analizados hasta ahora. A diferencia de los bolígrafos no puedes deslizarlos en cualquier dirección sino que tienes que seguir el trazado que te «pide» la propia pluma que es diferente en cada caso. Podemos decir que cada estilográfica tiene su propia personalidad y has de pasar un tiempo «domesticándola» sobre una hoja de papel y conociendo su personalidad antes de conseguir una calidad de trazo aceptable.
Estilográfica Viceroy con más de 30 años
Por otra parte da igual cuánto tiempo dejes secar la tinta, irremediablemente los colores se van a mezclar y manchar entre ellos a poco que se rocen. Si quieres realizar ilustraciones de color con contorno negro has de abocetarlas primero con lápiz, rellenar las zonas con color a continuación y finalmente delinear con el negro. Y aún así las líneas negras que entren en contacto con el color casi seguro que se van a «deshilachar» salvo que estés trabajando sobre un papel geller muy grueso. Además las estilográficas se atascan con extrema facilidad y hay que limpiarlas con mucha frecuencia antes, durante y después de su uso.
Conjunto de estilográficas de diferentes colores de tinta y grosores de punta
La pregunta obvia llegados a este punto es ¿y si tienen tantas pegas porqué te gustan tanto? la respuesta la obtienes cuando ves la calidad del trazo que se obtiene con estas herramientas. La belleza del trazo de una estilográfica es incomparable y muy característica y además la sensación de dibujar con estilográfica es muy especial. Uno entiende porqué más allá de su carácter utilitarista las estilográficas se han convertido en objetos de culto e incluso de lujo. De las estilograficas no haces simplemente un uso, estableces una relación, casi como con un instrumento musical. Si respetas su temperamento te premiará con unos acabados únicos. Estos acabados no serán , ni de lejos, tan preciso como los de un rapidógrafo, tan sutiles como los de un lápiz ni tan definidos como los de un bolígrafo pero tienen una personalidad muy especial.
Yo utilizo una estilográfica de alta calidad de la Marca Viceroy que me regalaron hace más de 30 años pero que sigue funcionando perfectamente y con la que realizo dibujos con tinta negra. Junto a esta utilizo más de una docena de estilográficas económicas de latón en las que cargo cartuchos de diferentes colores y que me ofrecen también muy buenos resultados y muy buenas sensaciones.
Otros medios
Aunque los medios mencionados son el principal conjunto de herramientas que utilizo para realizar mis dibujos de forma ocasional también hago servir estas otras dos técnicas
Collage
El collage es una técnica que pienso tiene muchas posibilidades que apenas sí he empezado a explorar. El collage de por sí es toda una disciplina que admite multitud de variantes. Personalmente me gusta utilizar técnicas de collage mezclada con alguno de los medios anteriores para conseguir resultados únicos que no serían posible únicamente con las herramientas mencionadas hasta ahora. Trabajar con tijeras, cutter, bisturí y pegamento te permite cubrir grandes areas con colores y texturas uniformes . El bisturí pasa a ser una especie de bolígrafo que corta una papel con el que dibujas una forma.
Útiles para collage
Como digo, en mi caso casi siempre utilizo el collage en combinación con otra técnica aunque en alguno de los dibujos de los que aparecen aquí la utilización de útiles fuera de las cuchillas y el pegamento ha sido casi inexistente. En el futuro me gustaría explorar más esta técnica.
Como un paso más allá y evolución natural de esta técnica he empezado a trabajar con ingeniería delpapel que consiste en conseguir volúmenes 3D con el papel a partir de la superficie de un cuaderno mediante el recorte y plegado de formas. Es una técnica casi mágica y que tiene un montón de opciones por explorar en la que apenas he comenzado.
Tampografía
Hace poco que descubrir esta técnica del trabajo con planchas goma de caucho y buriles. Se trata de una técnica que permite realizar sellos que posteriormente empapas en almohadillas de tinta y presionas con el papel. Aún puedo decir poco de esta técnica salvo que me fascina y que disfruto mucho trabajando con ella, pues apenas he empezado a practicar después de hacer un curso en Domestika pero estoy seguro de que ya no la dejaré nunca.
Útiles de estampado con sellos
De cara al futuro…
Por supuesto me gustaría que mi re-descubrimiento y exploración de los medios tradicionales no acabara aquí. En el futuro próximo me gustaría probar algunas de las técnicas húmedas que tanto practiqué en mi época de estudiante. Concretamente me gustaría volver a sentir el tacto del pincel y volver utilizar técnicas como la acuarela, el gouache en incluso ¿por qué no? el oleo. Veremos…
Pues sí…Adobe lo ha hecho. Y ya tardaba. Una empresa como Adobe no podía darse el lujo de no estar en el campo de la IA generativa. Ni siquiera puede darse el lujo de no estar en la Vanguardia de este tipo de tecnología. Y si las promesas que se lanzan en https://www.adobe.com/sensei/generative-ai/firefly.html se cumplen todo parece indicar que lo va a estar.
Adobe Firefly es el nombre de la nueva tecnología de inteligencia artificial generativa apoyada en Adobe Sensei que ayer lanzó Adobe públicamente en versión beta. En el programa Beta, de momento tenemos ya la posibilidad de creación de imágenes a partir de prompts y también otro par de utilidades como la creación de paletas de colores a partir de prompts y de composiciones tipográficas con unos resultados más que aceptables.
Pero lo realmente interesante es todo lo que se promete en la hoja de ruta de Firefly. Sólo con se cumpla con la mitad de lo prometido ya tiene toda la pinta de ser un bombazo.
Entre estas promesas en la hoja de ruta está :
Re-construir una fotografía a partir de garabatos
Convertir collages tipo «revista pronto» en composiciones fotográficas de calidad
Crear vectores a partir de prompts
Crear imágenes a partir de objetos 3d
Y muchas otras como rellenar espacios en blanco de imágenes o sustituir parte de una imagen por lo que le digamos en un texto, convertir un esbozo en una imagen y un laaaargo etc.
Esperemos con expectación y excitación estos nuevos avances. A muchas personas les asusta o les provoca miedo pero yo pienso que es mejor invertir nuestras energías en la otra cara de la moneda, es decir en como todos estos avances de la tecnología nos van a permitir crear obras increibles que hasta hace apenas algunos meses no habríamos soñado.
Yo, particularmente no veo la hora. Mientras tanto aquí os dejo unas muestras de mis primeras creaciones con la beta de Firefly.
Estás en la playa, frente a la orilla y ves como la espuma de las olas llega hasta tus pies y luego se retira provocándote cosquillas en los pies cuando el agua se escurre entre tus dedos.
El ciclo se repite una y otra vez, pero…de repente ves como en uno de los bucles el agua se retira más y más y luego sigue retirándose, y luego se retira aún más dejando al descubierto un montón de arena que permanecía oculta bajo el mar e incluso algunos peces que se agitan ansiosamente sin entender lo que pasa.
Si tienes algo de idea sobre lo que está ocurriendo muy probablemente darás media vuelta y saldrás corriendo en dirección contraria al mar a toda la velocidad que te permitan tus fuerzas. Y es que es muy probable que se esté formando un Tsunami que se llevará por delante todo lo que encuentre a su paso.
Pues bien, cada vez estoy más seguro de que el equivalente a un Tsunami es lo que se está formando en el panorama tecnológico y social con la inteligencia artificial y que en el momento de escribir estas líneas lo que estamos viendo es la escena que relataba más arriba de ver como el agua se está retirando.
Falta ver de que tamaño será el Tsunami, pero me temo que va a ser muy, muy, muy grande.
Y es que hace apenas 1 mes y medio que escribí este post hablando de arte creado con la IA ¡1 mes y medio! y cuando miro las imágenes con que ilustraba ese artículo ya me parecen totalmente arcaicas y obsoletas. En tan solo poco más de 1 mes los motores de creación de imágenes con IA han evolucionado de forma radical. Vosotros mismos lo podéis valorar comparando esas imágenes con las que acompañan esta entrada y que he creado en los últimos días.
Si observamos lo que han evolucionado estas tecnologías en apenas 1 mes y medio, da auténtico vértigo pensar que es lo que pasará en… pongamos… 1 año.
Sinceramente pienso que no tenemos ni idea (pero ni puñetera idea) de lo que nos espera, pero una vez más me re-afirmo en mi idea de que esto huele cada vez más a revolución y a cambio de paradigma en muchos aspectos tecnológicos, artísticos, culturales y sociales.
Creo que en este vídeo lo explican bastante bien. Como en el propio vídeo mencionan ¿Serás de los que se dejará llevar por el Tsunami o de los que intentará sobre él?
Estoy empleado en Adobe pero las opiniones y afirmaciones vertidas en este blog son totalmente personales y no reflejan necesariamente la postura de la compañía
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